Johnny Depp es una de las mayores estrellas de este siglo. En eso estamos de acuerdo. Pero si analizamos su filmografía, veremos que su fama de gran actor mainstream en los últimos años casi solo se sustenta con la saga Piratas del Caribe.
Además, sus problemas con el alcohol exhibidos en público no han ayudado a recuperar sus mejores momentos. Hasta hoy.
Su nueva película, Black Mass, se acaba de estrenar en el Festival de Venecia, y ha arrasado. La película dirigida por Scott Cooper (Corazón rebelde), no solo ha sido una de las más aplaudidas del certamen, sino que ya ha situado a Depp en la carrera por el premio al Mejor Actor y en todas las quinielas en los Oscar. Si la distribuidora americana apuesta por él, y lo hará, Depp sumará su cuarta nominación al Oscar, la primera desde que en 2007 estrenara Sweeny Todd.
En Black Mass, Johnny Depp se mete de lleno y se transforma en Whitey Bulger, el criminal más peligroso del South Boston. Dos de los nombres más de moda en Hollywood, Dakota Johnson, Benedict Cumberbatch, Kevin Bacon y Joel Edgerton le secundan en este film de 65 millones de dólares de presupuesto que llegará a nuestros cines el 23 de octubre.
El film tiene, ahora mismo, un brutal -pero provisional- 9 sobre 10 en IMDB y ha enamorado a Variety, un medio capital para evaluar el posible impacto del film.
En todas las críticas surgidas desde Venecia, el nombre de Depp no solo brilla, está escrito en mayúsculas, y todas las reseñas coinciden: Es la mejor interpretación de su carrera.
En el tráiler podemos hacernos una idea del por qué.